ESPACIO Y LUZ Claudia Peter, Historiadora de Arte y Periodista, Catálogo del Centre Cultural D´Alcoi

Hans- Dieter Zingraff es un artista estrictamente consecuente. Lo muestran sus obras. Limitándose a motivos sin acción, sin símbolos ni alegorias se centra, sobre todo en sus trabajos a partir de los años 80, en las posibilidades de documentar las tres dimensiones. Su principal interés va dirigido a ordenar formas y colores, encajar espacios, crear composiciones complejas.

Los motivos son elementales, básicos, abstractos hasta llegar a meras figuras geométricas. Muchos detalles se quedan sin pintar para resaltar las formas principales: Sin ventanas y puertas los edificios de Zingraff no reflejan su utilidad, si no que destacan su forma fundamental, dan nuevas combinaciones estéticas de superficie, espacio y luz.

El conjunto de la composición no sigue las reglas de la perspectividad, es decir, pone en duda la pintura convencional, mostrando el volumen de un cuerpo perfectamente pintado y al mismo tiempo negándolo. El motivo: el espacio de los cuadros no es homogéneo. La iluminación de las superficies solo en parte corresponde a la rutina visual -pero nunca en el conjunto de una composición, por falta de una fuente de luz claramente localizable para la iluminación imaginada del cuadro. Esta luz imaginaria no siempre viene en la misma dirección, si no que cambia, incluso de una cara de un solo objeto a su otra cara.

Zingraff desde sus principios artísticos, se preocupa de las relaciones complejas de superficie, cuerpo y luz. Ya su primera pintura mural, como estudiante de bellas artes en Karlsruhe, la hizo con unos grandes engaños visuales. Son precisamente estos efectos ópticos el tema central que Zingraff desarrolla contundentemente paso a paso desde los años 70 y sigue haciéndolo en Denia en su taller en el Montgó.

Mientras en sus cuadros y collages dc los años 70 y 80 aparecen rasgos figurativos, actualmente trabaja completamente abstracto. Incluso fragmentos de fotos se convierten en elementos abstractos, en material de creación que causa contrastes fuertes con las superficies graduadas muy suave con pintura. Contemplando los cuadros entran ganas de tocar las superficies para comprobar su realidad. Donde el ojo fácilmente se deja engañar, el tacto facilita información sobre la característica real de lo visto y a menudo la mano busca en vano lo que el ojo ve.

En sus obras más recientes ha cambiado mucho. En el perfeccionamiento continuo de su estilo personal, Zingraff se atreve en los últimos años a dar un paso muy decisivo, logrando un resultado muy importante en su trayectoria artística. Como consecuencia lógica de su intensa creación, primero sale de la superficie y a continuación del formato.

Y asi profundidad, volumen y luz ya no quedan más ilusiones pintadas, sino realidad palpable. Partes de los cuadros se independizan, pared y espacio se integran en las obras, lámparas en la parte de atrás dan luz y sombra.

Aunque muchos elementos ahora si son reales, continua el juego irónico y sensorial de verdad y engaño, distancia y proximidad, realidad y imaginación. De nuevo se producen nuevas combinaciones, las cuales muestran posibilidades de crear y deshacer espacio a pesar de que gran parte de sus elementos son reales, de forma altamente estética.

Suave irritación, espléndida ambigüedad y búsqueda inteligente ofrecen sensaciones visuales muy significativos y profundos..

Los cuadros son ilusiones. Son sólo realmente, en sentido estricto, la superficie y el color todo el resto es imaginación. La reducción de perspectiva, el sombreado claro - oscuro y el paso de colores o piezas, los unos sobre las otras, sugieren tridimensionalidad. Pura ilusión ya que el lienzo es plano, la profundidad y los cuerpos son irreales.

De esta tensa relación de realidad e imaginación extrae las ideas para sus cuadros Hans Dieter Zingraff. Sus composiciones despiertan con matizales graduaciones de color y sombras el paso de colores y piezas, los unos sobre los otros, la ilusión de integridad inicial de los espacios del cuadro, para que estos, haciendo servir campos de color puros, recortes de collage, lo contradigan inmediatamente.

Zingraff no luchar por la expresión mas fácil posible de la realidad viva exterior y de la percepción óptica. Con eso no busca aclarar cosa alguna, sino la estética pura.

Aquello que resulta es un mundo nuevo, peculiar y artístico, que dentro del marco del cuadro posee sus propias leyes físicas.

De alguna manera le toma a la realidad viva el volumen y el espació, buscando el efecto de ilusión trompe doeil que permite la composición. Todo esto esta junto y al mismo tiempo esta separado. Las partes del cuadro, plenamente validas si las observamos como un espacio figurado, resultan una abstracción pura al conectarse.. Los elementos de collage hacen de la fotografía de la arquitectura, una estructura creativa.

Las obras de Zingraff reconcillan contrastes, lo aparentemente incompatible encuentra armonía. Le mueve el peso de lo concreto en nuevas dimensiones. El espacio se comunica y continua siendo un acertijo. Zingraff lo explica: Un cuadro es siempre una aventura. Tomo el camino de la creación y al terminarlo, continua siendo para mi algo inexplicable.